CONCLUSIÓN

  • Prestación de servicios a nivel mundial. Las infraestructuras de “Cloud Computing” (NUBE) proporcionan mayor capacidad de adaptación, recuperación de desastres completa y reducción al mínimo de los tiempos de inactividad.
  • Permite al proveedor de contenidos o servicios en la nube prescindir de instalar cualquier tipo de Hardware, ya que éste es provisto por el proveedor de la infraestructura o la plataforma en la nube.
  • Implementación más rápida y con menos riesgos.
  • Actualizaciones automáticas que no afectan negativamente a los recursos de TI.
  • La centralización de las aplicaciones y el almacenamiento de los datos origina una interdependencia de los proveedores de servicios.
  • La disponibilidad de las aplicaciones está ligada a la disponibilidad de acceso a Internet.
  • Los datos “sensibles” del negocio no residen en las instalaciones de las empresas por lo que podría generar un contexto de alta vulnerabilidad para la sustracción o robo de información.
  • La madurez funcional de las aplicaciones hace que continuamente estén modificando sus interfaces, por lo cual la curva de aprendizaje en empresas de orientación no tecnológica tenga unas pendientes significativas, así como su consumo automático por aplicaciones.
  • Seguridad. La información de la empresa debe recorrer diferentes nodos para llegar a su destino, cada uno de ellos (y sus canales) son un foco de inseguridad. Si se utilizan protocolos seguros, HTTPS por ejemplo, la velocidad total disminuye debido a la sobrecarga que estos requieren.
  • Escalabilidad a largo plazo. A medida que más usuarios empiecen a compartir la infraestructura de la nube, la sobrecarga en los servidores de los proveedores aumentará si la empresa no posee un esquema de crecimiento óptimo puede llevar a degradaciones en el servicio.